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miércoles, 17 de febrero de 2016

Delegando

Llamémosle dejándome ayudar, hasta el punto de sentirme mandona y algo de cara dura, pero si hay algo que he aprendido estos últimos años es saber pedir ayuda, es la solución a que mi cuerpo aguante hasta la hora de dormir. 
Al final acabas adaptándote a todo lo que va llegando, no nos enseñaron de pequeños que las cosas no siempre son lineales y que la vida es una montaña rusa constante, por eso los miedos, las inseguridades...
Desde que vuelvo a trabajar 8 horas diarias he tenido que restablecer prioridades, y reordenar mi día a día.
Contando que me despierto a las 6,30 de la mañana, salgo de casa a las 7,30, a las 16 salgo disparada del trabajo para  ir a buscar a mi hijo a la guardería y me queda toda la tarde para dedicarme a él y tengo que llegar con algo de energía hasta la hora de irme a la cama, por algún lado tengo que delegar funciones del día a día que yo no puedo hacer.
Cuando hablo con otras personas que no tienen esclerosis múltiple y me quejo de lo que para mí supone arrastrar día a día este cansancio, me contestan que no solo me pasa a mi, que el ritmo de vida nos hace ir así de cansados, me consuela ver que otras madres llegan cansadas a buscar a sus hijos después de trabajar, pero sé que mi cansancio puede desencadenar en mi, problemas que en ellas no, todos sabemos que el agotamiento nos puede producir un brote, y eso lo tengo muy interiorizado. Por eso ya no llego al limite, y cuando veo que me estoy pasando la no deseada esclerosis me envía una señal en plan amenaza, y yo por si acaso, le hago caso.  
Que importante es saber pedir ayuda! y se pide y punto, no tenemos porque sentirnos mal, aunque de lo que no estoy segura es si los demás tienen claro que no tienes morro, que es una necesidad para poder llevar una vida más fácil.


sábado, 13 de febrero de 2016

En memoria

Dedicado solo a ti, porque formas parte de todos nosotros aunque haga tanto que nos dejaste.

Fuiste hijo, hermano mayor, nieto, sobrino, primo, padrino y amigo. 
Nos dejaste muy joven porque la vida es injusta, un accidente inesperado te arrancó de nuestras vidas y nos quedamos sin ti para siempre. Pero nunca te fuiste de nuestra memoria ni de nuestros recuerdos y nunca te irás, sigues vivo en nuestros corazones para siempre.

Te lloramos un mar. Nos costó reponernos y aprender a seguir sin ti.

Qué suerte la mía haberte tenido a ti como hermano, me enseñaste todo lo que sabías, me cuidaste siempre con cariño, no sabes cuánto amor siento cuando te recuerdo, qué infancia tan feliz y con que orgullo llevo el nombre que tú me pusiste.
Nuestros padres lo hicieron muy bien, te enseñaron a ser buena persona y por eso y muchas cosas más, dejaste tanta huella aquí. 





A mi hermano del alma, a quien siempre recordaré como una persona única.