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domingo, 29 de noviembre de 2015

La ex-envidia insana de la gente sana

No me tengáis en cuenta el tiempo verbal con el que escribo este post. Debería ir en pasado, pero sigue habiendo parte de presente. Espero no liaros y que me entendáis.
No lo voy a negar, la gente que nunca se queja de la salud o mejor dicho, que no tiene motivos para quejarse, me da envidia. 





Cuando en mi casa bromean conmigo respecto a mi conocimiento sobre medicamentos, o me preguntan a mi que tomarse cuando "les duele algo" me hace gracia, pero me siento una desgraciada.
Cuando veo gente comprando en el súper con tanta energía, con tanta velocidad, como yo lo hacia antes, pienso, madre mía que estrés! Pero en el fondo, me gustaría ir a a ese ritmo.
Cuando mi familia se va a hacer cursas, maratones, cuando corren casi a diario, hacen planes de entrenamiento y no tienen problema para hacerlo, siento admiración y también algo de tristeza de no poder unirme. Es algo que me ha separado de la familia que estaba más unida y que más quiero. 
Las madres que tienen 3 hijos y pueden con todo y más, y yo con 1 hay días que voy tan apurada. 
Las  compañeras de trabajo (y compañeros, pero en mi rama hay más chicas) que en el trabajo ni se apuntan las tareas y hacen 4 cosas a la vez, mientras yo voy tachando en la libreta para hacer la siguiente... 
Y yo antes era así, una máquina, podía con todo, era incansable, mis amigos sabían que no me negaba a ningún plan, contaban conmigo sin preguntar... 
Que esto no quiere decir que no tenga asumido que tengo lo que tengo y mi ritmo debe ser otro, una cosa es asumirlo y otra es que me fastidie tener que hacerlo, y sí, me da rabia no poder hacer las cosas que los demás hacen sin pensar en que pueda pasarle a su cuerpo. 
Vale, acepto que esto es lo que me ha tocado, pero no puedo mentir y decir que me ha cambiado los planes de mi agenda de los próximos 50 años, y que todavía la estoy reorganizando. 
Y mientras la reorganizo, me estoy dando cuenta que con orden y priorizando las cosas por importancia se puede llevar lo que se dice una vida "plena" o "satisfactoria", lo primero que hay que cambiar es la mente, explicarle porqué las cosas ahora funcionan así, reeducarla, y que nos lo agradecerá algún día... He pensado que así, esa envidia cochina puede convertirse en placer personal ¿Verdad? 

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Patas arriba

Bastó una única semana para que todos los planes que iban encarrilados en mi vida se torcieran y todo se pusiera patas arriba.




Vas a la visita de control de cada 6 meses de esclerosis múltiple, y acabas llamando a tu madre para decirle que te recoja al niño de la guardería porque te quedas a que te pongan un bolo de cortis, que han detectado que estás en pleno brote. Un brote que has ido escondiendo durante dos meses a ti misma y a tu alrededor.
Por suerte el caos no duró más que eso, una semana, un descontrol en casa respecto a horarios, rutina totalmente descantillada, con la sensación de que si yo fallo todo va mal, ayuda para todo de todos y he tenido la paciencia de aceptarla.  Con la medicación, la ayuda y mucho reposo y tranquilidad me he recuperado bastante rápido.
Estoy mejor, me atrevo a decir que casi bien del todo, ya he vuelto a la rutina, todavía sin hacer el deporte que venía haciendo porque la cabeza aún se me va y me mareo, pero vuelvo a ser autónoma, y los planes que quedaron aparcados por la maldita, siguen su camino, y contenta de contároslo. 

domingo, 1 de noviembre de 2015

Noviembre Dulce

La primera vez que la vi tenía unos 18 años y hacía muy poquito que había perdido a esa persona de mi familia a quien he nombrado alguna vez, mi otra mitad, estaba con mi duelo, con mi tristeza, y ver la película me marcó de tal manera, que a día de hoy y por muchas veces que la haya visto, no puedo evitar emocionarme.

 
Noviembre Dulce - 2001
 
 

Así quiero celebrar el inicio de mi mes preferido, mi vuelta al blog después de un forzoso descanso... Os dejo un vídeo con secuencias de la peli y una de mis canciones favoritas de Enya Only Time.  

Y si todavía no lo habéis visto, os animo a ello, nos da otra lección más de vida, como puede cambiar la manera de verla y donde está el verdadero valor de la misma.